miércoles, 26 de abril de 2017

10.- Magnus

Hola a todos nuestros amigos. Estamos algo retrasados pero ya terminamos. Esperamos les guste este nuevo capítulo de nuestras aventuras.
Si les gusta sígannos y comenten que tal les parecen nuestros relatos.




Fabi había alcanzado los cuarenta y un años pero seguía siendo la mujer más despampanante de toda la comunidad del pequeño fraccionamiento donde vivían ahora. De padre veracruzano y madre hidalguense, enloquecía a cualquier hombre que se cruzase en su camino, con su metro cincuenta de estatura, su cabello castaño oscuro que clareaba con la luz del sol y que caía sobre sus hombros en una melena que se alborotaba al viento. Sus ojos son grandes y pícaros, color miel, felinos y tan exóticos, y aquellas cejas que dibujaban un arco fino y perfecto sobre los mismos en un rostro precioso, con una nariz hermosa y unos labios pequeños en forma de corazón,  que dan en conjunto un aire de inocencia a su rostro que la hace aún más deseable.
Tiene cuarenta y un años pero aparenta diez menos. Diario se ejercita durante dos horas, por lo que decir que es escultural realmente es quedarse corto. Ella es más, una Diosa.
Una real hembra, buena como ella sola, con unos grandes pechos con puntiagudos pezones y areolas perfectas y redondas como un pequeño anillo alrededor de éstos.
Poseía asimismo unas protuberantes y hermosas nalgas; el sueño de cualquier hombre. Era difícil encontrar en su cuerpo un gramo de grasa, su trasero era redondo y firme como de granito y con la textura del terciopelo, sus muslos redondeados y cálidos, con la firmeza del mármol, sus piernas pequeñas y suaves, su vientre plano como una tabla y en su curvada cadera no podía ponerse el sol.
Además es una mujer liberal, le encanta tener amantes, y tiene sexo todos los días con hombres diferentes, a pesar de amar tanto a su esposo Alex, el cual es un buen mozo de cuarenta y cuatro años; de cuerpo atlético, que mantiene corriendo ocho kilómetros diarios y con ejercicios de piso aprendidos de joven cuando practicó gimnasia olímpica.
El mismo Alex la animaba a tener sexo con otros hombres, pues le encanta el papel de cornudo y masturbarse mientras Fabi le cuenta sus aventuras, para terminar viniéndose en la boca de Fabi o sobre sus pechos. Así son muy felices como cornudo y diosa.

Al amanecer de ese día especial, ambos se encontraban durmiendo desnudos, cuerpo con cuerpo. Era un día especial ya que era su aniversario de bodas y habían hecho reservación para cenar en un lugar muy agradable. Se levantaron y se apresuraron ya que Alex debía trabajar y Fabi debía estar lista para cuando él regresara.
Fabi preparó su vestidito rojo, corto a la altura de la mitad de sus muslos, el escote dejaba ver bastante, por lo que esperaba que Alex se pusiera muy cachondo, zapatillas de tacón alto y un peinado espectacular complementarían su arreglo. Ya sólo debía esperar que Alex pasara por ella. Mientras llegaba la hora terminó con su rutina de ejercicio y se preparó para entrar a tomar un baño.


Sabía que a Alex le encantaba observarla mientras se vestía, por lo que preparó la cámara de video quedando lista para grabar toda la sesión desde que comenzara a desnudarse luego la apagaría y la volvería a encender al salir de bañar y hasta que terminara con su maquillaje, era parte del regalo de Alex para ese día, lo que nunca se imaginó es que las cosas no saldrían como las había planeado.
La cámara ya se encontraba grabando cuando se dió cuenta de que había olvidado sus sandalias junto a la piscina el día anterior, debía salir a buscarlas para poder bañarse, sólo había un problema… Alex había llevado hacía unos meses y a pesar de todas las protestas de ella, un cachorro, y aunque al principio resultaba tierno ya era imposible que siguiera considerándose así. Era un ejemplar de la raza Gran Danés de color blanco con manchas negras, su nombre era Magnus. Y a Fabi no le agradaba en absoluto. Cuando era niña había sido mordida por un perro y aunque no había sido realmente grave, esto le causó un trauma por el que ahora le resultaba imposible tenerle confianza a uno de esos animales. Además el animal era enorme y tenía la maldita costumbre de meter su nariz en el trasero de Fabi cada vez que tenía la desgracia de salir al jardín, normalmente Alex lo encerraba en su jaula durante el día para permitirle a Fabi el poder salir y hacer sus cosas, pero ese día con la emoción había olvidado encerrarlo, por lo que si Fabi quería sus sandalias tendría que enfrentar al perrote y soportar que le empujara la nariz en el trasero. Sin embargo pensó que si salía lo suficientemente rápido podría estar de regreso antes de que el animal se diera cuenta y quizás no tendría que soportarlo.


Fabi se asomó con precaución a través del cristal, no había señales de Magnus, con sigilo deslizó la puerta de cristal abriéndola sólo lo suficiente para pasar por ella sin hacer ruido, seguía sin haber señales del perro, lo más silenciosa que pudo se escurrió rápidamente hasta la piscina, encontró las sandalias, las tomó y de la misma forma regresó hasta la casa, deslizó nuevamente la puerta y la cerró con el seguro. aparentemente todo había salido perfecto y no tuvo que soportar al maldito animal.


Regresó a su cuarto por su toalla, se acercó a su cama y se sentó sobre ella para calzarse las sandalias. En eso, una enorme bestia en blanco y negro se le abalanzó haciéndola caer de espaldas sobre la cama y gritar de susto. Aparentemente Magnus se había metido a la casa cuando ella dejó la puerta abierta, estaba aterrada, si de por si no soportaba al perro ahora que le había saltado encima le era imposible moverse. Al caer de espaldas sobre la cama su bata se abrió dejando su cuerpo al descubierto, su depilada vulva quedó cerca del hocico del can, el cual atraído por el olor se dedicó a olfatear durante unos instantes mientras Fabi seguía sin poder reaccionar. Magnus dejó de olfatear la vulva de Fabi, ella aliviada parecía recuperar su movimiento, pero de manera sorpresiva el perro comenzó a lamérsela, causándole un respingo debido a lo inesperado de la situación, instintivamente apretó las piernas, pero la cabezota del animal ya estaba enmedio impidiéndoselo, la enorme lengua del perro recorría la parte externa del sexo de Fabi mientras ella volvía a paralizarse por el terror, Magnus siguió lamiendo, y en cada lengueteada iba introduciéndose más y más en el surco bajo el monte de Venus, separando los labios vaginales hasta llegar a lo más profundo. Fabi gimió asustada tanto por la acción del perro como por su propia reacción, que comenzaba a ser placentera, nunca se había imaginado lo que se sentiría ser lamida por un animal en esa parte, y resultó que no se sentía nada mal. Magnus siguió así durante unos minutos mientras su vagina comenzó a secretar sus fluidos haciendo que Magnus saboreara a placer ese venero.
Parecía que Magnus se había cansado del juego, lo que desilusionó a Fabi, sin embargo jamás esperó lo que siguió…


Magnus levantó la testa olfateando el vientre descubierto de Fabi, siguió hasta llegar a sus pechos que comenzó a lamer salvajemente generando nuevamente una sensación placentera en ella. Cada lenguetazo era como una descarga eléctrica que le impedía reaccionar, aunque su impulso de quitarse al animal de encima ya no era tan fuerte, por momentos parecía decidida a hacerlo y luego se le pasaba. Magnus seguía lamiendo sus pezones mientras acomodaba su enorme cuerpo sobre Fabi, que comenzó a sentir su peso y se asustó nuevamente, esa bestia la superaba en tamaño y fuerza, además no sabía qué esperar de él.


El perro ya estaba sobre su vientre presionando mientras Fabi hacía un esfuerzo por sostenerlo, mantenía las piernas lo más apretadas que podía, pero el peso del can la estaba venciendo, no podía levantarse y ya no podía sostenerlo. De repente no pudo más y aflojó la fuerza de sus extremidades, sintiendo inmediatamente la presión del pene de Magnus sobre su pubis, era como una lanceta, delgado y muy duro, además la dejaba húmeda por donde la tocara. No parecía que fuera muy placentero el recibir ese estilete ya que se sentía demasiado duro y delgado, por lo que la idea de que la penetrara le asustó, le parecía que sería muy doloroso y no le animaba. El perro acomodó las manos liberándola un poco de su peso, comenzó a  escurrirse hacia abajo poco a poco mientras el perro seguía lamiendo sus pezones que estaban bastante duros por la caricia y aunque a Fabi no le disgustaba prefirió tratar de salir de esa situación. Se deslizó hacia el piso bajando de la cama enmedio de las patas de Magnus, quedó de rodillas y trató de levantarse, pero el perro la empujó con el hocico y ella quedó a gatas, intentó alejarse de él en esa postura, pero de repente sintió que el perro le tomaba de la cintura con sus zarpas y la apretaba contra él. No esperaba eso, Magnus estaba tratando de introducir su purpurino pene en la vagina de ella, el perro nunca se había cruzado pero por instinto buscaba el lugar donde alojaría su lanzón. Erró varias veces y Fabi gritaba en cada intento ya que sentía cómo la clavaba sobre su piel, estaba aterrada ya que no podía soltarse del abrazo del perro y sabía que en cualquier momento atinaría en su sexo y quizás la desgarraría por dentro. De repente sintió que por fin lo situaba en la posición correcta y cerró los ojos esperando sentir que moría.

El pene del perro se deslizó limpiamente dentro de Fabi, Magnus comenzó entonces una serie de embates sobre su sexo que extrañamente no le dolían a Fabi, de hecho comenzaba a sentirse bien ya que sentía como friccionaba las paredes de su vagina cada vez más lentamente y de alguna manera parecía estarla llenando, le pareció sorprendente, no sabía cómo funcionaba el pene de un perro pero se le hacía poco probable que creciera tanto. Sin embargo continuaba la sensación intensa mientras el abrazo de Magnus parecía ser cada menos fuerte hasta que de repente se relajó y bajó las manos de la cintura de Fabi. Ella sentía que tenía la vagina completamente llena y el pene de Magnus palpitaba una y otra vez provocándole un placer completamente inesperado. Como Magnus ya no se movía ella comenzó a hacerlo, suavemente de adelante hacia atrás, mientras apretaba los músculos de su vagina para evitar que se fuera a salir, sin embargo parecía estar muy bien metido y aunque no lo hiciera sentía que quizás no podría salirse. Recordó que los perros cuando se cruzaban permanecían pegados durante un buen rato, por lo que sabía que tenía tiempo para disfrutar de ese nuevo amante que la vida le había ofrecido.

Ella continuó el movimiento adelante y atrás saboreando la sensación que le causaba, cada palpitar de ese pene le generaba más placer, a Magnus no parecía molestarle ya que sólo jadeaba cerca de su oreja dejándole sentir su aliento caliente sobre el cuello y la cara. Comenzó a moverse más rápidamente sintiéndose cerca del orgasmo, Magnus permanecía fijo como una estatua, altivo y dominante como sabiéndose dueño de una hembra apetitosa y que ahora que había conocido esto estaba dispuesta a someterse a él las veces que quisiera.


Fabi ahora movía sus caderas más rápido sintiendo que la penetración era más profunda en cada movimiento que hacía, de su vagina escurría muchísimo líquido blanquecino, pensó que debía ser el semen de Magnus, no sabía si los perros eyaculaban hasta el final como los hombres pero le pareció que lo hizo durante todo el tiempo. Quizás después podría investigar.
El movimiento de Fabi ya era frenético y tuvo un orgasmo fantástico, muy largo, y era diferente de todo lo que había sentido antes. Sin embargo Magnus aún seguía unido a ella, aunque ya no la sujetaba estaban unidos en su sexo. Fabi intentó zafarse y le sorprendió el sentir su vagina tan unida al pene del perro, se preguntó si tendría que esperar mucho tiempo. Entonces Magnus se dio la vuelta pasando una pata por encima de Fabi quedando trasero con trasero, Fabi sentía como la jalaba y le dio miedo al sentir que podría lastimarla, de repente el perro dio un jalón definitivo y ella sintió como le arrancaban algo enorme de las entrañas. El pene de Magnus salió haciendo un sonido de chapoteo. Fabi quedó impresionada ya que la herramienta de Magnus era enorme, tenía una enorme bola en la base y era muy largo y grueso, era increíble, incluso superaba el tamaño del de Alex. No resistió la tentación de tocarlo con su mano, era bastante grueso y tenía una bola que no le cabía en la mano, y pensar que todo eso lo había tenido dentro hace unos momentos. No lo dejó escapar, lo mantuvo tomado mientras lo examinaba, de repente un chisguete de semen salió directo a su rostro sorprendiéndola, parte terminó dentro de su boca. aparentemente en cada contracción, el semen de Magnus salía de su pene, cuando estaba dentro de ella tuvo incontables contracciones, por lo que debió dejarla llena. El sabor que le quedó en la boca no era desagradable, parecía ser que el semen de todos los machos sabía igual. Impulsivamente se metió el pene de Magnus en la boca y mientras trataba de que entrara lo más posible con su lengua jugueteaba la punta del mismo, nuevamente se contrajo expulsando un nuevo chorro en su boca, ella lo saboreó y luego lo deglutió con enorme gusto. Así siguió durante varios minutos, hasta que al parecer Magnus había tenido suficiente. El perro comenzó a retirarse de ella, quien se levantó y observó como había quedado su vulva chorreante de semen de perro. Satisfecha tomó la cabeza del perro y le besó los belfos, Magnus pareció entender el gesto y alegrarse, ya que comenzó a mover la cola.
Fabi abrió la puerta y el perro salió inmediatamente. Se dio cuenta entonces que había dejado la cámara grabando. Pensó que no había estado nada mal, el placer que obtuvo fue delicioso y quedó evidencia de ello. Alex estaría encantado y ella no volvería a temerle a ningún perro. Bueno al menos no a Magnus.

martes, 4 de abril de 2017

9 Sigue la fiesta

Aunque estuvimos ausentes un tiempo, ya estamos de vuelta para seguir compartiéndoles nuestras fantasias.



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Alex dejó de chupar el sexo de Julie, se irguió y la contempló por un momento. Era una chica joven e ingenua aún, con la belleza de la juventud todavía en sus formas, aunque no era muy exuberante del pecho, lo compensaba con sus enormes caderas y sus firmes nalgas, y ahí estaba, pidiendo ser poseída por él, su cuñado.
Alex no pudo esperar más, tenía una erección impresionante que realzaba el tamaño de su pene, colocó la cabeza en la entrada de la vagina y lentamente fue introduciéndose, sintiendo cada milímetro que avanzaba como la mejor experiencia de su vida. Ella estaba relajada aunque se notaba nerviosa y su vagina nunca había recibido un instrumento de semejantes dimensiones, por lo que fue abriéndose poco a poco, apretando dulcemente a Alex que deliraba con cada pequeño avance.
Julie sentía que la tremenda lanza llegaba hasta sus entrañas, a profundidades jamás visitadas por pene alguno, aunque Dave no había sido el único hombre en su vida, nunca había conocido a nadie como Alex, semejante ejemplar masculino no era fácil de hallar y ella no estaba dispuesta a dejarlo ir. Aparentemente a su hermana le gustaba jugar con otros chicos, entonces ella jugaría con su cuñado todo lo que pudiera mientras lo tuviera cerca. Alex ya había llegado al final de su miembro y ahora comenzó a entrar y salir acompasadamente, poco a poco aumentando la velocidad, sintiendo esa apretada vagina alrededor de él y contemplando a su hermosa cuñada mientras su cara se contría en el rictus característico de una mujer a punto de tener un orgasmo.
Fue increíble pero los cuatro tuvieron el orgasmo simultáneamente, ambas hermanas gritaron de forma parecida mientras los afortunados machos tenían espasmo tras espasmo de placer. las vaginas de ambas escurrían de blanco néctar, y ellos se encontraban en un paroxismo de placer que jamás habían conocido.
Nadie lo dijo pero fue obvio que ese encuentro sólo fue el primero de una gran aventura.

Una vez que todos habían terminado Alex y Dave tomaron toallitas húmedas y se dedicaron a limpiar a Fabi y Julie de todo rastro de la maravillosa sesión de sexo que habían tenido. Ambas se encontraban laxas y relajadas, con una sonrisa que delataba su felicidad. Alex les propuso que continuaran la fiesta en la casa ya que era más seguro, ahí en el club no tardarían en comenzar a revolotear los buitres para ver si tenían posibilidad de conocer a la nueva pareja. Era mejor evitar a los demás para no exponer a Dave y Julie a ser asaltados por varias parejas maduras y salvajes. Además Alex tenía planes para cuando llegaran de regreso a casa.
Ambas mujeres volvieron a vestirse y a arreglar sus peinados en el lujoso tocador con que contaba la oficina, mientras Alex y Dave las esperaban para salir juntos por la puerta de emergencia que conectaba esa oficina con el estacionamiento, para Alex era muy bueno contar con una manera discreta de salir a través de una escalera contra incendios, así evitarían el tumulto.
Decidieron irse todos en la camioneta tipo van de Alex y Fabi, tratar de salir en los dos vehículos sería más tardado, y ya volverían por el otro después. Rápidamente Alex condujo de regreso a su casa, afortunadamente ya era algo tarde y no había casi vehículos, llegaron muy pronto.
Al entrar en la estancia Julie estaba tomada del brazo de Alex y Fabi llevaba a su cuñado Dave muy sonriente de la mano, sin embargo lo soltó para ir hacía la barra y sacar una botella de whisky para servirle a todos. Mientras Fabi servía las copas Alex fue hacia un mueble de la estancia y sacó de un cajón un mazo de cartas, Julie y Dave se miraron preguntándose qué estaría planeando Alex. Fabi sólo sonrió disimuladamente.
Una vez que estaban servidas las copas se encaminaron al comedor, donde se sentaron a la mesa, la cual era muy grande, para doce personas, de madera muy fina y se veía muy sólida.
Alex propuso que jugaran algo sexy para darle más interés a la noche. Todos se mostraron de acuerdo, tanto a Julie como a Dave les brillaban los ojos de la excitación.



Julie se apresuró a sentarse junto a Alex, de la misma forma Dave parecía no poder despegarse de Fabi; de hecho, una vez sentados  puso la mano en sus nalgas de manera que nadie más que ella se diera cuenta, eso parecía agradarle bastante ya que volteó a verlo y lo miró seductoramente. Ambos esperaban de nueva cuenta poder fornicar como lo habían hecho un rato antes.
Alex comenzó a explicar en qué consistiría el juego, primero les preguntó a Julie y Dave si sabían jugar poker, ellos respondieron afirmativamente, Alex dijo que entonces sería muy fácil: Se trataba de repartir las cartas sin poder cambiar y a quien le saliera el juego más bajo debería desnudarse, si volvía a perder tendría que cumplir un castigo que le pondría aquel que tuviera la mano más alta. Obviamente se trataba de que el juego fuera lo más cachondo posible. Como todos estuvieron de acuerdo comenzaron el juego.
El primero en repartir fue Alex, repartió cinco cartas a cada uno y todos miraron sus juegos. Luego dijo que la primera en revelar su juego debía ser Julie ya que se encontraba a su derecha. Julie mostró que tenía un par de dieces, luego Fabi dijo que no tenía nada, su carta más alta era una reina y la puso sobre la mesa, Dave tenía una tercia de cincos y Alex mostró que tenía un as, por lo que Fabi fue la primera en perder. Se puso de pie y fue quitándose el vestido plateado lentamente, permitiendo que la mirada de Dave se extasiara en la contemplación de su hermoso cuerpo. Después deslizó la tanga plateada, se despojó del liguero y las medias, quedando únicamente cubierta con su collar de brillantes. Era un espectáculo portentoso. Al sentarse nuevamente la mano de Dave se posó en su trasero, que ahora tenía mejores opciones de ser explorado por la mano ansiosa de él.
Fue el turno de Julie para barajar y repartir, ahora fue Fabi la primera en mostrar su juego, le habían llegado dos reyes, Dave tenía un par de seises, Alex mostró dos pares, sietes y cuatros y Julie tenía como carta más alta un diez, por lo que fue su turno de desnudarse, ahora ella fue quitándose el mini vestidito negro, tampoco llevaba sostén por lo que quedó desnuda ya que había perdido las pantaletas en el encuentro amoroso con Paul en el club, solamente llevaba sus zapatillas negras, su collar y aretes con brillantes. Ahora fue el turno de Alex de meter la mano entre sus piernas mientras Fabi repartía las cartas, sus dedos encontraron abundantes flujos que emanaban de su muy caliente sexo, y que al contacto de los dedos de Alex parecía ponerse más ardiente y necesitado de él.
Después de repartir Fabi ahora fue el turno de Alex para desnudarse, se puso de pie y fue despojándose del saco, la camisa de seda y el pantalón, luego se quitó los calzoncillos dejando ver el enorme pene que estaba ansioso de acción, al sentarse Julie tomó su pene con la mano, cerrando los dedos alrededor sin poder conseguirlo completamente debido al tamaño de su instrumento, sin embargo ahí se mantuvo y no lo soltaría mientras pudiera, lo mantenía erecto con suaves movimientos de arriba abajo que hacían que Alex perdiera la atención del juego.
El turno era de Dave, repartió con soltura las cartas, y al mirar todos sus juegos resultó que era Julie la que nuevamente perdía, como ya se encontraba desnuda ahora debía cumplir un castigo, quien tuvo la mejor mano fue Fabi, por lo que le correspondía decir cuál sería. Fabi dijo que como castigo debería sentarse sobre las piernas de Alex mirando hacía la mesa para continuar jugando mientras él la penetraba, así debía permanecer jugando hasta que ganara una mano. Julie se relamió por la excitación y apresuradamente se levantó  para luego sentarse sobre Alex, quien acomodó su pene en la vulva de ella, Julie descendió y su pene entró en la estrecha vagina, Julie aún no se acostumbraba al tamaño y grosor por lo que se resintió un poco, aunque después de unos segundos comenzaron a recorrer su cuerpo pequeñas oleadas de placer acompasadas al movimiento de ambos, así siguió sentada sobre Alex mientras se encontraba ensartada por su pene, cada movimiento de ambos ocasionaba nuevas sensaciones que recorrían su espina dorsal.
Alex repartió nuevamente, al abrir el juego de todos ahora Dave resultó el perdedor, por lo que debió de despojarse de su ropa mostrando una imponente erección, aunque no tenía un instrumento del tamaño del de Alex, era bastante bueno y respondía muy bien, tal y como le constaba a Fabi, al sentarse Dave, Fabi aprovechó para acariciar su pene cosquilleándole con la punta de los dedos haciéndolo brincar en su lugar ya que sintió algo parecido a una descarga eléctrica.
El turno de repartir era de Julie, que aprovechaba cada movimiento para seguir encajándose la pieza de Alex, subía, bajaba y se retorcía para sentir más el roce en el interior de su vagina, repartió como pudo ya que se encontraba muy excitada, al abrir el juego se dio una singular coincidencia, tanto Fabi como Dave y Alex tenían exactamente las mismas cartas pero de diferentes palos, los tres tenían un jack, un diez, un siete, un cinco y un dos, ¡era increíble! Julie tenía un par de ases, por lo que entonces ella era la ganadora, estuvieron de acuerdo en que ella debía ponerle un castigo a los otros tres.
Juilie lo pensó unos momentos y luego una sonrisa le iluminó el rostro. Les dijo que el castigo era que Fabi y Dave debían fornicar sobre el sillón de la sala mientras ella y Alex lo harían sobre la alfombra.




Fabi y Alex se miraron un poco sorprendidos por la audacia, pero ya que Julie lo proponía les pareció bien, y Dave aparentemente estaba deseando lo mismo ya que tenía dos dedos ensartados en la vagina de Fabi desde hacía un rato y su pene erecto estaba cada vez más rojo. Al estar todos de acuerdo se pusieron en camino, Julie se levantó de las piernas de Alex escurriendo fluidos mostrando lo excitada que se encontraba y él la tomó de la mano mientras subía sobre la mesa, mientras Fabi y Dave se encaminaban al sillón. Ambas parejas estaban deseosas de comenzar el juego y sin preliminares Alex ensartó a Julie de frente acostada sobre esa mullida alfombra, permaneció de rodillas moviéndose adentro y afuera de ella que gemía muy fuerte mientras era taladrada por ese enorme miembro.
Fabi y Dave se acomodaron en el sillón con ella encima, moviéndose sobre el pene de él adelante y atrás, estimulando su clítoris y sintiéndose cada vez más cerca de tener otro orgasmo.
Nuevamente pareció que se encontraran sincronizados y experimentaron un orgasmo simultáneo los cuatro, el semen de ambos machos escurría de las vaginas de sus hembras, que parecían dispuestas a permitirle todo lo que desearan sin importar las ataduras sociales o reglas morales. En ese momento no eran más que unos animales deseosos de placer.
Aunque ambas mujeres lucían agotadas, tanto Alex como Dave parecían no tener problema en continuar saciándose con ellas, que además de preciosas habían resultados tan ávidas de placer.
Ahora fue el turno de Dave de proponer el juego, dijo que en una ocasión había escuchado de un juego llamado “el carrusel” para lo cual sólo necesitarían dos sillas. El juego consistía en que tanto él como Alex estarían sentados mientras ambas mujeres los montaban ensartadas en sus penes, pero sólo durante un minuto, durante ese minuto deberían moverse lo más que pudieran para tratar de hacerlos venirse, si no lo lograban entonces deberían intercambiarse, el objetivo era que si en cinco minutos no habían podido hacerlos eyacular ellas perdían y les tocaría un castigo, en cambio si ellos eyaculaban el castigo les correspondería a ellas. Como todos estuvieron de acuerdo, comenzaron.
Colocaron un cronómetro sobre la mesa y cuando comenzó a correr el tiempo Fabi se montó sobre Alex y Julie sobre Dave, al parecer ambas sabían lo que les gustaba a sus maridos, ya que Fabi le introdujo la lengua a Alex en el canal de la oreja, ya que eso lo volvía loco, Alex trataba de aguantar, aunque se sintió cerca de terminar aguantó todo el minuto, Julie le chupaba el cuello a Dave ya que aparentemente ese era su punto débil y de igual forma se sintió a punto de venirse pero aguantó como pudo. Luego cambiaron las chicas de macho, al comenzar el siguiente minuto Julie cabalgaba a Alex como una vaquera demente mientras él lamía sus pezones, Fabi besaba a Dave mientras realizaba un movimiento de cadera en forma circular, torturándolo lentamente. Como ambos aguantaron estoicamente volvieron a cambiar de posición, la cual mantuvieron nuevamente durante otro minuto, sin embargo al volver Fabi hacia Dave y Julie hacia Alex se murmuraron algo entre ellas y al parecer puestas de acuerdo se sentaron sobre ellos pero dándoles la espalda, en posición de vaquera invertida, ahora sentadas ambas sobre los penes de ellos se dieron vuelo meneando el trasero, arriba, abajo, en círculos y de un lado hacia otro, metiendo y sacando, cuando sonó el pitido del cronómetro ninguno se detuvo, continuaron su movimiento ya que ahora el cuerpo de ellas también les pedía ser saciado. ¿Habrá algo más extraño y fenomenal que tres orgasmos simultáneos seguidos? Al parecer de Alex y Fabi habían encontrado una de las mejores parejas amantes de su vida.
Cómo ambos habían eyaculado, aunque en rigor habían pasado más de los cinco minutos decidieron que ellas les pondrían su castigo, ambas hermanas cuchichearon durante unos momentos y decidieron que en castigo deberían realizarles un sesenta y nueve: Dave a Fabi y Alex a Julie hasta que nuevamente tuvieran un orgasmo, ellos parecían muy contentos con la idea, por lo que comenzaron inmediatamente.
Ambos hombres se acomodaron sobre los sillones de la mullida sala, las chicas subieron sobre ellos en forma invertida quedando en ambos casos sexo con boca. Lo que no sabían Julie y su esposo era que tanto Alex como Fabi se consideraban expertos en el sexo oral, la lengua de Alex comenzó recorriendo los alrededores de la vulva de Julie, acercándose poco a poco al centro de placer que existía entre sus piernas, dulcemente besó los labios e introdujo la punta de su lengua hasta sentir que penetraba un poco, se entretuvo metiendo y sacando la punta de la lengua mientras Julie gemía y trataba de introducir lo más que podía del enorme pene de Alex en su pequeña boca, Alex ahora estimulaba el pequeño clítoris de ella chupándolo y lamiéndolo de una manera magistral, Julie pensó que no podría introducir ni un poco más de ese enorme instrumento, por lo que se contentó con chuparlo como si fuera un caramelo muy sabroso que no quería sacar de su boca. Nunca se imaginó el torrente de semen que saldría de él, ¿cómo era posible si ya se había venido tres veces, tuviera esa cantidad de esperma? Pensó que era un superdotado. Tragó todo el semen no tardando ella en venirse gracias a las caricias de Alex, aunque ahora no fue simultáneo no por eso fue menos placentero.

El que creía estar en el cielo era Dave, ya había tenido algo de adelanto cuando Fabi se lo chupó en el club, pero ahora ella parecía decidida a exprimirlo hasta dejarlo seco, la manera en que ella succionaba era atormentadora, Dave no resistió mucho antes de venirse, Trató de pedir disculpas pero Fabi seguía succionando como un becerro y él no pudo reunir fuerzas para hablar. Fabi consumió hasta la última gota, dejándolo completamente exhausto. Sin embargo sabía que tenía que hacer que ella también lo disfrutara, así que metió su dedo en la vagina de Fabi encontrando un muy famoso punto en ella que comenzó a estimular con su dedo, Fabi pareció sorprenderse pero estaba complacida con la manera en que Dave la estaba llevando, él comenzó a chupar su clítoris con fruición mientras Fabi deliraba cada vez más, elevando y descendiendo sus caderas en un compás frenético, gritó fuertemente cuando por fin tuvo el orgasmo, Alex estaba sorprendido de la manera de gritar de ella, ya que nunca había escuchado que hiciera un sonido semejante y decidió preguntarle a Dave cómo se llevaba a cabo esa técnica, al fin que su cuñada y su marido estarían de visita con ellos durante una semana, seguramente sería una de las más sabrosas de su vida y tendrían mucho tiempo para seguir intercambiando a sus esposas y sus experiencias.

15.- Fer

Hola amigos: Ya estamos de regreso con nuestras aventuras, hemos tenido intensas actividades que les queremos contar, esperamos no volver...